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Mi experiencia en la UNED 2 (compañeros)

Actualizado: 3 mar 2022

Estudiar en la UNED me ha permitido conocer a muchísimas personas. La UNED es lo que tiene, que al año se matriculan más de 20.000 personas únicamente en el grado de Psicología. Eso siempre tiene ventajas y desventajas.


Ventajas porque conoces a personas de diferentes culturas y te haces amig@ de gente que en otros contextos resultaría casi imposible. Por ejemplo, cuando entré en la carrera con 18 añitos recién cumplidos con muchos libros, papeleo (que a día de hoy sigo sin saber para qué querían la mitad de las cosas...) y mil términos raros (sí, me sentía como el bebé del GIF, en edad y en estupefacción)




fui a una clase a realizar una práctica y me encontré con que la mayoría me doblaban la edad o incluso me la triplicaban (y sí, me sentía fuera de lugar totalmente).



Pero al final, he conocido a gente maravillosa que, aunque podrían ser mis padres o abuelos y podría parecer que no tendríamos nada en común (a excepción de la carrera, claro), me ha aportado muchísimo académicamente pero mucho más como personas (sin olvidar las cervezas y croquetas o el amor por la naturaleza).


O mis compañeros de "llorerías" (solíamos tener los mismos años y el mismo amor por los memes y el drama).



Nunca olvidaré nuestras conversaciones típicas:

- ¿Qué tal el examen?

- Como el culo ¿y a ti?

- Peor

- Que no, que ya verás cómo apruebas

- Como no pierdan mi examen no sé cómo voy a aprobar...

- Buah, nos ponemos ya a estudiar juntos para septiembre...

(Y nunca nos poníamos a estudiar para septiembre y en muchas ocasiones incluso aprobábamos pero el drama es un ingrediente FUNDA-MENTAL en la universidad...)



También es cierto que algún que otro compañero de "llorerías" me decía que "me tenía asquito" porque decía que el examen me había ido mal y luego aprobaba... Pero es que salir de un examen de la UNED para mí ha sido la situación más random que he vivido y la mayoría de las veces no sabía si estaba aprobada, suspensa o le debía puntos a la universidad...




También estaban los compañeros que siempre tenían algún recurso, desde algún material para estudiar a dónde tomar el mejor café cerca del centro asociado. Parecían Mickey Mouse con las "mickeyherramientas":


Y esas personitas que quizás no podían aportarte académicamente si estabas en un año superior, pero siempre te tenían presente, preguntaban por ti, te animaban y te apoyaban. Por esos compañeros (algunos ya amigos) la universidad no ha sido "tan dura".



Sin olvidar a los compañeros que conocías en 5 minutos en la fila para entrar al examen y te ponías a hablar como si le conocieras de toda la vida... O incluso después del examen cuando veías que había hecho incluso el mismo modelo que tú y os poníais a "contrastar" en un banco.




Pero también desventajas. Porque al conocer a tanta gente, ya por pura estadística, más de uno te sale rana... Personas maleducadas que me han exigido, insultado o incluso amenazado. Pero sobre todo gente que se ha intentado aprovechar de mí (lo típico de das la mano y te cogen hasta la cabeza). Este tipo de situaciones si no sabes gestionarlas te consume, te deprime y te da ansiedad (y lo sé muuuuy bien por experiencia).


Algunas de estas experiencias las he ido "deshilachando" en la siguiente entrada: Mi experiencia en las redes sociales


Pero me parece un "capítulo" de la carrera fundamental, porque sin esas personas (y ahora aunque resulte extraño, doy las gracias) ni hubiera aprendido tanto ni sería yo. No hubiera conocido ese capítulo de egoísmo o "yoísmo" ni hubiera visto de lo que es capaz la gente por envidia o por no encontrarse bien consigo mismo (#mássaludmental para que esto último cada vez pase menos). Y tampoco hubiera aprendido cosas tan básicas como el autocuidado, el amor propio y la necesidad de poner límites porque todos tenemos nuestras circunstancias personales y para ayudar a los demás primero hay que ayudarse a uno mismo.


Aunque sorprende que tus propios compañeros, personas que el día de mañana van a ser psicólogos, practiquen con tanta insistencia el herir los sentimientos de una persona o incluso el bullying.

Y he aquí uno de los grandes mitos de la psicología. Los psicólogos no tienen por qué ser buenas personas. Y un buen profesional se nace y se hace.


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